Como es costumbre en Torrelodones, el Consistorio quiere aprovecharse de los éxitos ajenos, incluso cuando hablan del éxito de la enseñanza. Los tres colegios y el instituto públicos del municipio gozan desde hace años de gran prestigio, gracias a unos padres conscientes de lo importante que es la educación de sus hijos, y a unos profesores preparados y motivados que, por suerte, no dependemos del Ayuntamiento.
Unos y otros nos manifestamos el pasado junio (y lo volveremos a hacer) en contra de la forma en que el equipo de gobierno local (mayoría absoluta del PP) colabora con nosotros: cediendo una parcela pública a un colegio privado de marcado carácter religioso de los que ya nacen con el concierto debajo del brazo; parcela que está justo entre el instituto y uno de los colegios, lo que evita que puedan crecer para satisfacer la demanda.
El hasta hace poco transporte escolar gratuito ha desaparecido, y los niños deben tomar los autobuses urbanos: el principio de curso ha sido desastroso en cuanto a la puntualidad. El cheque escolar es una medida populista y electoralista. ¿Por qué no dedicar esos fondos para los que realmente lo necesitan, ya que somos un pueblo de ricos? La Escuela Municipal de Idiomas funciona gracias a un profesorado en su mayoría muy preparado, pero dirigidos por una jefatura de estudios a la que se accedía con méritos académicos tan relevantes como tener el bachillerato elemental.
Vivo y enseño en Torrelodones, donde estudia mi hijo, y, aunque cada año nos lo ponen más difícil, somos muchos los padres y profesores que seguiremos peleando por que no nos desposean del derecho a una enseñanza pública de calidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 24 de octubre de 2005