Gobierno tras Gobierno las reformas del mercado de trabajo se suceden siempre por nuestro bien: ganaremos menos pero tendremos más trabajo. Y cuando dicen "ganaremos" no se incluyen a ellos, obviamente necesitan unos buenos sueldos para estimularse.
La última reforma sólo quita derechos a los trabajadores precarios y no a los fijos, asegurándose la victoria por la vía del divide y vencerás. Los beneficios de las empresas ni tocarlos, el IRPF de los
pudientes se rebaja, se maquilla la inflación y por arte de magia aparece una nueva clase de trabajadores: los working poor les llaman. Son aquellos trabajadores que a pesar de que trabajan legalmente están por debajo del límite de la pobreza, de la que no podrán salir. Es un término muy estudiado en EE UU del que Europa empieza ya a tener un 3,6% sobre su masa laboral. Trabajar para ser pobre, a esto nos conducen las reformas hechas por los poderosos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 25 de octubre de 2005