"Lo correcto sería que el Comité de Competición no tuviese en cuenta la tarjeta [amarilla] de Messi frente a Osasuna por simular un penalti a juicio del árbitro. Todo el mundo vio que el defensa le tocó". Ésa fue la teoría de Frank Rijkaard, entrenador del Barça, quien se limitó a sonreír cuando se le informó de que a Beckham, del Madrid, le habían anulado la roja de su expulsión frente al Valencia y que podrá jugar hoy contra el Deportivo.
Pero la tesis de Rijkaard cayó por tierra horas después. El Comité de Competición acordó mantener la amonestación a Messi por "falta técnica". "La tarjeta amarilla que recibió Messi es una decisión técnica del árbitro que nosotros no solemos modificar, salvo que suponga un error material manifiesto, como, por ejemplo, que se equivoque de jugador. Además, en caso de duda, prevalece la decisión del árbitro", explicó ayer Alfredo Flórez, el presidente de ese órgano federativo.
El Barcelona había presentado alegaciones a la tarjeta mostrada a su jugador y apoyó con imágenes recogidas de la televisión sobre la jugada la solicitud de que quedase sin efecto. El club azulgrana puede ahora recurrir el acuerdo ante el Comité de Apelación, que esta misma temporada ha anulado más de una amonestación impuesta por el de Competición.
La alineación de Messi fue impugnada de nuevo por el Alavés. El club de Vitoria, a través de su asesor y a la vez vicepresidente de la Liga de Clubes, Javier Tebas, como ya hiciera tras el partido Barcelona-Zaragoza, del día 1, pide que se declare nula la licencia del jugador argentino. El Comité de Competición rechazó entonces la solicitud del Alavés al estimar que no es competente para declarar nulas las licencias otorgadas por la federación.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 26 de octubre de 2005