La expansión de las urbes modernas brinda insospechados espacios para la música en directo. Ocurrió hace poco en Barcelona, con las instalaciones del Fórum, que se revelaron como un excepcional recinto de conciertos, y ocurre en Valencia. Muy cerca del puerto, en tres naves industriales en desuso, se celebra desde el lunes y hasta el domingo el Greenspace. Organizado por la firma Heineken, este festival ofrece toda una serie de actuaciones en vivo, exposiciones y ciclos de cine, así como talleres coordinados por reputados profesionales como el arquitecto Rem Koolhaas o el productor musical Matthew Herbert.
La noche de apertura estuvo protagonizada en el Espacio Cine por las proyecciones del documental Morente sueña la Alhambra, de José Sánchez Montes, y de Confluencias: los verdaderos creadores del videoclip contemporáneo, de Diego A. Manrique. Esta recopilación se divide en cinco partes (cada noche se emite una) y viene a reivindicar a los auténticos creadores de estos trabajos, señaló el periodista en referencia a realizadores como Spike Jonze, Jonas Akerlund, Michel Gondry o Chris Cunningham.
La programación musical se abrió con la participación de dos de los proyectos locales más exportables: los consolidados La Habitación Roja y el emergente Siwel. Paredes de ladrillo bien a la vista, grandes contenedores reconvertidos en barras de bebidas, un entorno pleno de resonancias industriales con el omnipresente láser del verde corporativo acogieron las delicadas notas de Luis Merino (nombre de Siwel), quien tuvo que bregar de lo lindo para hacer resonar su propuesta, notablemente intimista y acústica, en un abarrotado recinto demasiado proclive al murmullo. Un vocerío que sólo fue acallado con la imponente robustez de la que hace gala en directo la banda independiente La Habitación Roja.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 26 de octubre de 2005