La fuerte contaminación acústica urbana originada por los vehículos es inversamente proporcional a sus cilindradas: ciclomotores, motos y coches. ¿Hasta cuando vamos a tener que soportar impunemente estos desmadres cívicos dañinos, de ruidos ilegales, pero consentidos? Además, se está notando en los últimos meses un incremento de este tipo de ruidos emitidos por los escapes trucados incontrolados.
Se necesita mayor control y campañas de concienciación cívica sobre los efectos nocivos de estos ruidos evitables. Sin duda, son efectos Alonso y Pedrosa de imitación, pero en el sentido más negativo y en circuito urbano abierto.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 26 de octubre de 2005