Los iraquíes dijeron sí a la Constitución en el referéndum celebrado el pasado 15 de octubre. Según los datos oficiales de la consulta, difundidos ayer, el 78,59% de quienes acudieron a las urnas respaldó el texto. Sin embargo, el resultado de la votación refleja la profunda división entre las comunidades étnicas y religiosas que integran el país. Los suníes, que constituyen en torno al 20% de la población, votaron mayoritariamente en contra, mientras que el apoyo a la Constitución en las provincias de mayoría chií y kurda fue aplastante.
La minoría suní, que percibe el texto como una imposición favorable a chiíes y kurdos, no consiguió vetarlo. Las papeletas del no sólo superaron los dos tercios de los votos en dos provincias, una menos de lo exigido. El próximo paso será la celebración de elecciones generales el próximo 15 de diciembre.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 26 de octubre de 2005