Los líderes europeos dieron su apoyo inicial al plan de control de la inmigración ilegal del presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, quien expresó su esperanza de que sea aprobado por el Consejo Europeo previsto para diciembre próximo.
Los dirigentes reunidos en el palacio de Hampton Court lograron un amplio consenso, pese a los encendidos debates, en cuanto a la política económica y social de la Unión ante el reto que presenta la globalización.
Los líderes europeos evitaron, sin embargo, referirse directamente al difícil problema del presupuesto comunitario, que dejaron para la cumbre formal de finales de año.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 28 de octubre de 2005