"PRIMERO, CÁCESE la liebre...". La famosa cita de la cocinera inglesa Hannah Glasse se debe, al parecer, a un feliz error de interpretación entre los verbos desollar y cazar, tal como explica Ben Schott en su entretenida, simpática y delicada Miscelánea gastronómica. Siguen en sus páginas leyendas y saberes tan evocadores como sabrosos. Por ejemplo, la llamada receta de huevo de monstruo (que incluye huevos, dos vejigas de cerdo y espinacas) o el huevo de dodo (el ave extinguida) que le pide para comer el señor Burns, dueño de la central nuclear, a Homer Simpson. O los nueve colores de los smarties. ¿A qué sabe la carne de tapir? A novilla. ¿Y la de murciélago? A perdiz.
Ben Schott, de 31 años, fotógrafo y diseñador gráfico adicto a la Biblioteca Británica, envió a sus amigos una tarjeta de Navidad de 16 páginas llena de datos tan inútiles como deliciosos. Ante la acogida entusiasta, de esas páginas surgiría una miscelánea general en la que el gato de John Lennon convive con los brutales métodos de asesinato encontrados en sus pesquisas por Miss Marple. Después, Schott publicó la miscelánea gastronómica que ahora aparece en castellano, y otra más sobre deportes.
Miscelánea gastronómica de Schott. Ben Schott. Traducción: Concha Cardeñoso. El Aleph. 19 euros
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 29 de octubre de 2005