He leído con estupor una entrevista de la presidenta de la Comunidad en la que afirma: "Ningún madrileño que tenga que operarse espera más de 30 días". No entiendo cómo se puede faltar a la verdad con tanto descaro cuando los ciudadanos saben que lo que dice es una auténtica mentira, confirmada incluso por los propios profesionales, porque en el mejor de los casos, sin rechazar operarse en cualquier hospital, hay que esperar al menos cuatro meses.
Eso sí, su consejero manda una carta, que pretende ser cariñosa pero resulta vergonzosa, en la que se cuida muy mucho de no poner fecha, pensando que así no se podrá demostrar cuándo llegó. Pero no importa, él es el más engañado porque la gente afortunadamente tiene memoria.
Un conocido mío recibió una carta de ese tipo, a principios de febrero, diciéndole que en 30 días sería operado. Fue operado a principios de julio, pero ni en su ciudad ni en el hospital que le correspondía.
Por otro lado, está el tema de las listas de espera para ir a consulta. Recientemente tuve que ir a pedir hora para un amigo, que tiene que volver a la consulta del neurólogo una vez realizadas las pruebas que el citado médico le había mandado, y le han dado hora para el 2 de junio del 2006. El episodio por el que mi amigo ha tenido que ir a dicho médico ocurrió en agosto, y le van a dar el posible diagnóstico casi un año después. Increíble.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 30 de octubre de 2005