Es triste sentir el final de un ser querido, al igual que es triste, por lo menos a los que nos gustan los libros, ver el final de éstos envueltos entre basura. Así es como unos vecinos de Arganda del Rey, no todos, cuidan su cultura, depositando una enciclopedia universal en la basura más cercana a su domicilio. Tal vez, si nos diesen la oportunidad de sentir de nuevo a aquellos seres cercanos que perdimos, estoy seguro de que la aceptaríamos.
Pues vamos a darles también a estos libros otra oportunidad, para que otras personas se enriquezcan de su cultura, entregándolos a la biblioteca pública más cercana de nuestro municipio, en vez de depositarlos en la basura porque nos resulta más corto el viaje.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 30 de octubre de 2005