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COLUMNA

Sosos

Confieso que soy un andaluz soso, incluso más que el retratado en el anuncio de la ETB porque no me transformo en ningún lugar : no bebo, no bailo, no me gustan las ferias, detesto el Rocío, no me gustan los toros , no sé contar chistes, no tengo ninguna gracia. Así que no entiendo el revuelo formado por el anuncio en cuestión y que se haya tomado como cuestión de Estado. Encima creo que la Andalucía de los tópicos no es la real. Creo que hay otra Andalucía adusta y trabajadora, sobria y seria que puede tener su representación en Antonio Machado y en Caballero Bonald, por citar a un sevillano y a un gaditano, paradigma de la gracia andaluza, o la que reflejó un catalán, Alfonso Carlos Comín, en Noticia de Andalucía.Creo que la mayoría de los andaluces son serios y trabajadores, en vez de indolentes y jaraneros como se piensa. Pero nos ha gustado mostrarnos en los tópicos y a ello nos dedicamos con entusiasmo aunque luego nos asustamos cuando nos vemos reflejados en el espejo. Los propios vascos, tan aburridos ellos, han sido capaces de mantener en su televisión un programa como Vaya semanita capaz de reírse de su propia imagen sin que se formase ningún revuelo. Nosotros sentimos nuestro orgullo patrio herido por un anuncio de televisión donde se sitúa como un hallazgo un andaluz soso. Es natural que no queramos aparecer siempre vestidos de chachas o de porteros de fincas cuando nuestro nivel de formación y desarrollo no desmerece al del resto de España. Ya no existe esa Andalucía que reflejó Ortega y Gasset.

Lo que no tenemos derecho es a quejarnos porque se hable de una imagen que nosotros promovemos. Es un papel que ejecutamos a diario en la televisión y en la vida : la Tierra de María Santísima, la copla, el flamenco, el baile, el vino, la gracia y el barroquismo. Lo hacemos por todos los medios y nos gusta, aunque luego somos capaces de secuestrar la película Rocío porque desmonta la falsedad , de atacar una película como Nadie conoce a nadie y una página web tan sólo porque desmitifican la Semana Santa sevillana. ¿No tenemos tanto arte? Pues empecemos por aceptar lo que hemos creado o cambiemos nuestra imagen a base de menos baile, menos vino, menos chistes, menos incienso y más trabajo. Al fin y al cabo, como canta Sabina, "todos nacemos en cualquier parte".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 31 de octubre de 2005