La Fiscalía de Madrid cree que el incendio que arrasó la torre Windsor el pasado 13 de febrero fue fortuito. De hecho, los agentes de la Policía Científica no pueden establecer la causa exacta del origen del fuego, según publicó ayer el diario El Mundo.
El análisis de las cámaras de vigilancia y de los ordenadores de la torre no ha aclarado cómo se originó el incendio. Sólo se ha podido establecer que "hubo un cierto retraso entre el momento en que surgieron las llamas y el aviso a los bomberos".
Según la Fiscalía de Madrid, ninguno de los atestados de los bomberos y de la policía es suficientemente claro para "decir que el incendio fuese provocado por alguien", sino que el fuego se produjo por una cadena de hechos que facilitó la propagación de las llamas.
Los encargados del caso han interrogado desde que se iniciaron las investigaciones a las más de 30 personas que estuvieron en el rascacielos en las horas próximas al momento en que se declaró el fuego. Esos empleados son parte de los 150 que el día de los hechos entraron y salieron del edificio.
Los costes de demolición han superado los 17,5 millones de euros y han intervenido en ellos medio centenar de técnicos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 31 de octubre de 2005