Quiero hacer una llamada a la Administración, tanto local como nacional, para que deje de cerrar sus puertas a los españoles con título de universidades europeas que quieren opositar y convertirse en funcionarios españoles. ¿Por qué no les dejan presentarse sin hacerles pasar por largas convalidaciones individualizadas, tediosas y disuasorias?
Cada vez hay más jóvenes que, animados por las autoridades político-administrativas y académicas, realizan parte de sus estudios en otros países y vuelven con una titulación europea. Es una pena que desperdiciemos todo lo que estas personas pueden aportar para la renovación y enriquecimiento de la Administración.
Si presumimos de ser europeos y no queremos enrocarnos en nuestra aldea, debemos facilitar la presentación a oposiciones de cualquier español con título europeo. Los tribunales dirán si merecen o no aprobar los que se presentan.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 31 de octubre de 2005