Incívica es la actitud de algunos conductores perdonavidas en los pasos de cebra, el escándalo que provocan los tubos de escape de las motos, los acelerones de algunos coches que confunden las calles con circuitos de rally, y sobre todo la actitud del Ayuntamiento que lo permite y que ni siquiera ofrece una alternativa de buen servicio de transporte público para intentar cambiar un modelo de ciudad basada en las necesidades del automóvil y donde los peatones, ciclistas y vecinos estamos vistos como un estorbo para la circulación de coches.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 1 de noviembre de 2005