Es una auténtica injusticia social que un piso cueste casi lo mismo aquí que en Zurich o Londres cuando allí los sueldos casi triplican los que hay en nuestro país.
Que haya cuatro millones de viviendas vacías en España significa poco para un sector inmobiliario, fuertemente enriquecido en los últimos años, que ante esta realidad y los peligros de una próxima subida de intereses sigue apostando por la especulación inmobiliaria más dura de Europa y por un final muy incierto para muchos hogares.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 1 de noviembre de 2005