Los habitantes de Trondheim manifiestan su preocupación por el "efecto invernadero". La costa de Noruega, que antaño debía soportar otoños gélidos, ahora se parece más a Málaga. Ayer por la noche hacía diez grados. Anteayer, quince. Ajeno al calentamiento global, el técnico del Madrid, Vanderlei Luxemburgo, tiene suficiente con ocuparse de la atmósfera opresiva que le rodea. Da la sensación de ser un hombre necesitado de más apoyos dentro del club. Es la percepción de los jugadores, que ven en el entrenador una figura más vulnerable de lo que parecía.
Ante este panorama, cada futbolista se debate entre sacar partido de la confusión y canalizar el esfuerzo para consolidar el grupo. La victoria ante el Betis sirvió para unir al vestuario. Luxemburgo ha recibido el apoyo de los jugadores en la medida en que se ha distanciado de la directiva, que lleva meses a la espera de acontecimientos y no da señales convincentes de apoyo al cuerpo técnico.
La búsqueda de un entrenador de reemplazo es sintomática de las dificultades que debe enfrentar el brasileño para ganar autoridad. "No pienso que sea un tema importante", respondió ayer Luxemburgo cuando le preguntaron si el presidente, Florentino Pérez, le había manifestado estos días su apoyo. "Tengo un contrato hasta junio y no soy un niño. No necesito que nadie me diga que esté tranquilo. En el fútbol hay que estar preparado para todo. Antes de Riazor comí todas las semanas con el presidente y nadie preguntó nunca nada. No es justo que se pregunten esas cosas".
Rosenborg: Johnsen; Basma, Kvarme, Riseth, Dorsin; Strand, Skjelbred, Solli, Braaten, Helstad y Storflor.
Real Madrid: Casillas; Salgado, Woodgate, Pavón, Roberto Carlos; Diogo, Sergio Ramos, Beckham; Guti; Raúl y Robinho.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 1 de noviembre de 2005