La Generalitat retira miles de juguetes chinos porque, según el director general de Seguridad Industrial y Consumo, los niños pueden descomponer las piezas y utilizarlas erróneamente. Los niños también usan el teléfono móvil y pronto será su juguete inseparable. No tiene piezas pequeñas, pero emite una radiación electromagnética que el niño aplica inconscientemente sobre su sistema nervioso en formación. El gobierno británico, basándose en el informe científico Stewart, recomienda limitar el uso del móvil por parte de niños y adolescentes. Nuestra legislación establece unos niveles de radiación máximos, pero admite que no sirven para el teléfono móvil por ser una aplicación muy localizada sobre la cabeza. Si la cabeza es de un niño el riesgo es mayor.
A pesar de las recomendaciones de precaución, nuestros responsables de seguridad industrial y consumo no quieren saber nada del uso del móvil como juguete. Están más preocupados por el país de origen de los juguetes y su efecto económico que por un uso racional.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 2 de noviembre de 2005