El polémico impuesto que en Baleares gravará el uso de los coches de alquiler con una carga de unos cinco euros por automóvil y día a partir de 2006 será "generalista y no finalista", dijo ayer el consejero de Economía, Luis Ramis de Ayreflor.
El Gobierno balear anunció que los 12,5 millones de euros previstos de recaudación -el PSOE asegura que será el doble- se destinarían a financiar en parte el déficit de la sanidad, cerca de 200 millones, y que, por ello, no se aplicaría el previsto recargo del céntimo en el impuesto sobre los combustibles.
La nueva carga fiscal ha alzado una seria controversia en las islas y en el sector turístico, desde donde se asegura que influirá negativamente en la afluencia de visitantes. El Gobierno central definió como "un error garrafal" esta medida y la patronal se ha opuesto.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 3 de noviembre de 2005