El milagro anual del festival de teatro hispánico Don Quijote en París se repite de nuevo. La 14ª edición comenzó ayer y durará hasta el día 19. Grupos grupos procedentes de EE UU, España, Brasil, Colombia y México se reúnen para abordar a su manera la obra de Cervantes. Unos, como los del Sala Taca Teatro, presentan un montaje sobre textos teatrales del propio Cervantes, como es el caso de El coloquio de los perros y El casamiento engañoso, mientras que en su gran mayoría optan por hacer subir al escenario a la pareja mítica, Quijote y Sancho, y hacerlos vivir con otros personajes de la imaginación cervantina. Ése es el proceder de Teatro Avante, que llega de EE UU, o de los españoles de Om-Omprebis.
Los espectáculos teatrales, de texto, que son seis, se alternan con otro dedicado a rituales indios creado por los colombianos de Jayeeechi, otro de marionetas concebido por Carles Alfaro y cuatro espectáculos de danza, entre los que los hay de flamenco o de danza moderna, como el de Pep Ramis que sitúa su baile "justo antes de llegar a la ínsula Barataria".
La programación se permite preguntarse y preguntarnos ¿quiénes son hoy los personajes más próximos a Quijote, qué subsiste del quijotismo, si éste sigue siendo un valor y de qué manera?
Los objetivos del festival -difundir en Francia el teatro latinoamericano contemporáneo, facilitar la traducción de textos españoles al francés, descubrir a actores y directores del país vecino y ratificar la tradición del hispanismo francés- parecen, pues, ampliamente satisfechos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 3 de noviembre de 2005