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OPINIÓN DEL LECTOR

Contaminación acústica en Marbella

Si por casualidad vive usted en Marbella y se ve impelido a reclamar una solución para algún problema que usted padezca, le digo: ¡No se moleste! ¡Ni caso le harán!

Dos años hace ya que por escrito (junto con firmas de vecinos) urgimos a nuestro Ayuntamiento a que nos ofreciera una salida a nuestro diario tormento; es decir, padecer estoicamente el ruido de los ensayos de la banda de cornetas y tambores (cuyo director recibe una gratificación del consistorio). La respuesta: el mutismo absoluto. Nosotros, ciudadanos de este pueblo, no existimos para esta corporación.

No voy a enumerar aquí los perjuicios para la salud de contaminación acústica. Sólo diré que yo ya los sufro, y para que se hagan una idea simplemente imaginen a un hámster en su jaula junto al bafle del equipo de música. Les aseguro que el pobre animal no durará mucho.

En fin, lo que resulta lamentable y denunciable es que un Ayuntamiento, que debería velar y atender las necesidades y quejas de sus ciudadanos, no sólo no lo haga, sino que encima facilite y promocione actividades que claramente deterioran la calidad de vida de los mismos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 4 de noviembre de 2005