Medio millar de musulmanes en El Ejido (en la fotografía) y casi 1.000 en la capital almeriense despidieron ayer el Ramadán con rezos de acción de gracias. El mes de ayuno, en el que los musulmanes no pueden ingerir comida ni bebida o fumar desde que sale el sol hasta que se pone, culmina en un día festivo por haber superado con éxito todas las privaciones. En la jornada de ayer cada familia musulmana destinó dinero a los más pobres y necesitados a través de donativos en mezquitas o asociaciones, compró ropa a estrenar para sus hijos y elaboró dulces para comer durante la fiesta.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 4 de noviembre de 2005