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Crítica:

Trafalgar en la distancia

Muchos libros han aparecido en las últimas semanas para recordar y analizar una batalla naval que, hace 200 años, cambió el curso de la historia y significó un duro golpe para España. Entre ellos, dos obras plantean desde perspectivas distintas la hegemonía de los británicos en el mar y el juego de alianzas entre españoles y franceses.

En la conocida librería neoyorquina de Barnes and Noble, en Union Square, una mesa de novedades está colmada por los libros recientes sobre Trafalgar. Seguramente algo parecido hay en librerías de Londres y podría haberlas en Madrid. Los centenarios resultan los momentos más indicados para rememorar, con fastos oficiales, resonar mediático, y muy diversas publicaciones, los más destacados sucesos históricos, ya sea la aparición de un libro clásico o una batalla resonante. Vivimos una época marcada por esas conmemoraciones, oportunas, y con tantos oportunistas, a veces envueltas en bien subvencionadas campañas publicitarias, como si así se intentara compensar, en estos rotundos cumpleaños, el desdén por el pasado y el extenso olvido de los momentos estelares de la historia. Por lo demás, cualquier pretexto es bueno, si eso favorece la investigación histórica, y la lectura y el consumo de libros.

EL DÍA DE TRAFALGAR

Julio Albi

Seix Barral. Barcelona, 2005

397 páginas. 20 euros

LA CAMPAÑA DE TRAFALGAR

Hugo O'Donnell

La Esfera de los Libros

Madrid, 2005

727 páginas, con ilustraciones 39 euros

No podemos dar, en estas escuetas líneas, una cumplida relación de lo publicado sobre la gran batalla en los últimos meses. He de limitarme a subrayar el claro interés de dos libros leídos estos días, que me parecen una muy buena muestra de la perspectiva con la que los historiadores españoles abordan el tema, en un enfoque que es, por razones muy comprensibles, distinto del que suelen darle los investigadores británicos. Porque para el pueblo español Trafalgar fue, ante todo, una derrota trágica y el definitivo aldabonazo que confirmaba una decadencia arrastrada desde mucho atrás. Con claro instinto, don Benito Pérez Galdós eligió este desastre como el punto de partida de sus Episodios nacionales, no sólo para destacar su aspecto dramático, sino también por la resonancia popular y trascendencia simbólica de aquella terrible jornada.

En fin, los dos estudios cuyo rigor y calidad intelectual me gustaría resaltar son los libros de Julio Albi y Hugo O'Donnell. Ambos tienen en común el presentar al lector la gran batalla desde una amplia perspectiva histórica, analizando su contexto y explicitando una larga serie de condicionamientos históricos y antecedentes políticos, y viéndola así, en definitiva, como una catástrofe anunciada, trágica, y casi, diríamos, fatal.

Dentro de ese enfoque común los dos libros ofrecen perspectivas distintas, ya que mientras Albi nos presenta Trafalgar como el último acto del "gran juego que Inglaterra y España mantuvieron por el dominio de los mares desde el siglo XVI", juego que concluyó así en "jaque mate" de los ingleses a los hispanos, el libro de O'Donnell (que lleva el subtítulo de Tres naciones en pugna por el dominio del mar) incluye en su panorama como factor decisivo la alianza política hispano-francesa a lo largo del siglo XVIII con vistas a enmarcar, con notable precisión y exhaustiva documentación, la catastrófica batalla con que concluye "un siglo de antagonismo hispano-británico".

Tanto uno como otro libro

dan una clara descripción de la batalla, en sus diversas fases y encuentros mortíferos, barco contra barco, sin detalles novedosos, pues es difícil encontrarlos en un episodio tantas veces narrado. Reiteran la tremenda audacia táctica de Nelson, la superior pericia y la moral de victoria inglesa frente a la torpeza e ineficacia artillera de la flota aliada, y subrayan de nuevo lo aplastante de la derrota de ésta, con su inútil superioridad numérica. (Diez veces más muertos, diecisiete barcos perdidos frente a ninguno, evidencian lo desequilibrado de aquel combate, pese al derroche de valor de todos los combatientes).

Tanto en uno como en otro texto podemos seguir el desarrollo de la fragorosa batalla; pero lo que ambos libros aportan como más significativo es, a mi entender, su excelente explicación del amplio contexto político y los factores esenciales previos al choque casi fatídico de tan poderosas fuerzas navales.

De un modo más detallado y preciso lo hace el minucioso estudio de O'Donnell, que abarca tanto los puntos clave de la alianza política entre España y Francia como las condiciones técnicas del armamento y las naves e incluso el ánimo de los navegantes, aporta citas muy bien elegidas y nos recuerda la psicología y el destino final de los protagonistas del encuentro, desde Nelson a Gravina y Churruca, en un volumen extenso, editado con buenas ilustraciones y muy cuidados índices.

Con menos detalles técnicos, Julio Albi acierta a reunir con una prosa de terso y vibrante estilo un riguroso análisis histórico y una notable tensión dramática, en un relato intenso y emotivo. En fin, tanto Albi como O'Donnell son, cada uno en su estilo propio, historiadores de reconocido prestigio, y saben revalidar aquí su buen oficio y su agudeza intelectual.

(Posdata: para los aficionados a la novela histórica apunto que, además de las de Corral y Pérez-Reverte, pueden leer ahora la recién traducida de R. Cornwell, Sharpe en Trafalgar, Edhasa, 2005, con una sanguinolenta y agitada descripción de la batalla, bien recreada sobre los datos históricos).

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 5 de noviembre de 2005

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