Muchos valencianos recordarán la amplia campaña informativo-propagandística que lanzó la Generalitat para dar a conocer hace unos años el nuevo tranvía. Una de las principales cualidades era su carácter silencioso, fruto de utilizar la tecnología de los más modernos tranvías europeos. Es verdad que el tranvía nunca ha sido silencioso, pero el nivel de ruido era soportable hasta que hace unos días apareció un "nuevo" modelo, que recién pintado de rojo y amarillo, nos quieren hacer pasar por nuevo pero que es más viejo que Matusalén y que produce un chirrido ensordecedor.
No sé en qué rastro, saldo o desguace lo habrá adquirido FGV, pero me temo sea una consecuencia más de los más de 700 millones despilfarrados hasta la fecha en el mastodóntico Palau Reina Sofía sin contar los dos millones de los fastos inaugurales y los 115 presupuestados para el próximo ejercicio. ¿No les sobrarán unos pocos euros para regalar tapones auditivos a los vecinos afectados por el nuevo chirriante tranvía.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 5 de noviembre de 2005