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Crítica:ÓPERA

Color

Más que una ópera específica para niños, El gato con botas es una ópera para todos los públicos. Musicalmente es una joyita y ello explica la insólita y ejemplar colaboración entre teatros de ópera de Madrid, Barcelona, Bilbao y Oviedo para sacar adelante juntos una coproducción dirigida a familias y colegios. Emilio Sagi cuenta la historia con agilidad apoyándose en el exuberante despliegue de color de la escenógrafa Ágatha Ruiz de la Prada, tan vistoso como efectivo y, en cualquier caso, apropiado al tono de fantasía del cuento. Marisa Martins encabeza el reparto vocal con el mismo acierto que en la grabación discográfica dirigida por Ros Marbà. El reparto es correcto. La Orquesta-Escuela de la Sinfónica de Madrid sale a la palestra a las órdenes de Josep Vicent con confianza, sin peligrosas euforias. Es un espectáculo desenfadado e imaginativo, sin excesos o extravagancias. El respetuoso público infantil de la première aplaudió -mejor dicho, silbó- a rabiar como muestra de su satisfacción.

El gato con botas

De Xavier Montsalvatge, con libreto de Néstor Luján. Dirección musical: Josep Vicent. Director de escena: Emilio Sagi. Escenografía y figurines: Ágatha Ruiz de la Prada. Con Marisa Martins, María Luz Martínez, David Menéndez, Enric Martínez-Castignani y Felipe Bou. Coproducción con Liceo de Barcelona, Abao de Bilbao y Asociación Asturiana de Amigos de la Ópera. Teatro Real, 4 de noviembre (matinal para colegios).

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 5 de noviembre de 2005