El fenómeno de la hispanización también se vive en los puestos de mando de los grandes titanes estadounidenses, y en todos los espectros de su industria. El talento, los sueños y la ambición de los ejecutivos latinos empapan las decisiones estratégicas de Nike, Lockheed Martin, American Airlines o Pfizer.
Y es la diversidad de culturas y experiencias, como dicen los analistas del mundo corporativo, lo que hace de las empresas estadounidenses las más poderosas.
Entre los 25 ejecutivos hispanos más prominentes en Wall Street resalta, llevando las riendas de Eastman Kodak, el español Antonio Pérez, que tiene el difícil reto de superar el proceso de transición hacia la era digital en el sector de la fotografía. En la venerable industria de la automoción, el nombre más relevante es el de James Padilla, presidente y director de operaciones de Ford. Mientras que en el lucrativo sector de la defensa, Ralph Taurino es vicepresidente en Lockheed.
La industria de la aviación civil cuenta con dos altos ejecutivos de origen hispano, Peter Dolara, en American Airlines, la mayor compañía aérea del mundo, y Jorge Fernández, el que lleva la voz cantante en Delta como vicepresidente de las operaciones internacionales y alianzas de la tercera aerolínea de EE UU. En el sector de la alimentación, destacan Joe Sánchez en la embotelladora Anheuser-Busch; Julio Ramírez, vicepresidente de la cadena Burger King, o Valentín Fernández, de Kraft Foods.
En el sector financiero, Álvaro de Molina es presidente de la división de banca de inversión de Bank of America. Jonathan Jaramillo y Raúl Rivera ocupan altos cargos ejecutivos en las aseguradoras New York Life y National Benefit Life. Y en esta lista no se puede dejar de mencionar al presidente ejecutivo de Nike, William Pérez, a Héctor Motroni (Xerox), Javier Teruel (Colgate-Palmolive), Pedro Lichtinger (Pfizer) y Ralph de la Vega (Cingular).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 6 de noviembre de 2005