La Guardia Urbana de Barcelona, que el próximo año celebrará el 50º aniversario de su programa de educación viaria en las escuelas, ha decidido incorporar contenidos de civismo a estas clases, que se imparten todos los años a 40.000 alumnos de entre 6 y 14 años. Un total de 26 agentes, dos en cada distrito, más los destinados al parque infantil de tráfico de la Ciutadella, son los encargados del programa de educación viaria, que se encarga de recorrer los colegios de Barcelona instruyendo sobre cómo circular por calles y calzadas.
"El problema del creciente incivismo nos tiene muy preocupados", afirma el intendente de la Guardia Urbana, Carles Reyner, que defiende, sin embargo, que "no es un problema con solución estrictamente policial". Reyner afirma que "el adversario es muy grande", en referencia a que, a su juicio, son varios los factores que están originando el crecimiento del incivismo: "Desde una cultura imperante de rechazo al sistema establecido hasta una crisis de los valores tradicionales, pasando por un aumento de la movilidad y del uso del espacio público, una libertad mal entendida y un poco de permisividad que ha habido". El jefe de la Guardia Urbana propone "una reflexión acerca de la cuestión cultural, de la movilidad y preguntarnos por qué la gente no es solidaria, por qué aumenta el egoísmo, por qué se orina donde no se debe o se tiran los papeles fuera de la papelera".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 7 de noviembre de 2005