El Consell se planteó un objetivo razonable en el Plan de Salud Mental para el periodo 2001-2004: Llegar a nueve psiquiatras por cada 100.000 habitantes (en el País Vasco la tasa es de 10,8); sin embargo la realidad es que apenas se alcanza la cifra de 5 profesionales por cada 100.000, según un informe de la Asociación Española de Neuropsiquiatría (AEN). Ni tan siquiera el optimismo que desborda el gobierno valenciano puede ocultar su fracaso.
"La carencia de medios humanos está generando, junto al visible incumplimiento del Plan Director de Salud Mental importantes demoras en la atención a los enfermos, así como un destacable deterioro en calidad asistencial". El diagnóstico, por extraño que parezca dada su contundencia, no proviene de las filas de los partidos de la oposición ni de los sindicatos; si no del que era director general de Atención a las Dependencias, en junio de 2004, Bartolomé Pérez.
El informe de AEN no se limita a la carencia de psiquiatras, extiende su denuncia a psicólogos, enfermeros y trabajadores sociales. Tan bajas son las cifras que Pérez aspiraba a cubrir al menos el 50% de las previsiones del Plan. A la falta de recursos humanos se une la dispersión de las competencias en este campo repartidas entre 2 consejerías, diputaciones y ayuntamientos, dificultando la coordinación y eficacia de los servicios
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 7 de noviembre de 2005