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COLUMNA

Mudanza

Tras haber estado unos días enferma y otros ausente por asuntos familiares, volví a Sevilla aún en baja forma, pero la lectura de la prensa me ha ido insuflando una energía, mental me imagino, por la cantidad de noticias tan diversas que una ciudad puede dar en tan poco tiempo. Algunas de ellas no me cogían desprevenida, como el ciclo de música contemporánea, el festival de cine, la ópera Salomé que está teniendo un gran éxito, o la celebración del centenario de Julio Verne con una exposición en el Pasaje Francisco Molina; a quien creo, por cierto, que le hubiera sido grato recoger bajo su nombre tantas aventuras. Quedan en el tintero otras muchas actividades culturales y también didácticas y deportivas en algún que otro barrio conflictivo. Son cosas que ensanchan el espíritu, que tan bien nos viene siempre.

Las noticias de carácter urbano son las más extraordinarias. No sé si me sorprendería que algún día cambiaran el nombre de la ciudad o metieran oficinas en la Giralda. No se trata ya de más o menos árboles, o de vallar una zona o de cambiar el laberíntico tráfico, no, son cosas de las que no hemos oído hablar, como hacer una mudanza por toda la ciudad. ¿Se imaginan ustedes lo que puede ser un domingo en La Alfalfa sin bulla, ni griterío ni animales, algunos tan chocantes como pequeñas serpientes? Es una consecuencia -positiva para vecinos, sanidad y animales- de la gripe aviar, parte de cuyo peligro ya habían solucionado algunos gamberros cargándose a los patos en los parques. ¿Y qué me dicen de la idea, porque de momento parece ser que no pasa de ser una idea, de adaptar la antigua Fábrica de Tabacos para mudar allí el Museo de Bellas Artes? Bueno, pues ahí no acaba todo; aunque siempre hemos sabido que El Prado era un antiguo cementerio, con las obras del metro se ha descubierto que lo es desde el siglo I y que llega hasta San Telmo. Ya se sabe lo que ocurre cuando se escarba en Sevilla; las obras del metro pueden cambiar su historia.

Quedan los accidentes, vandalismo, agresiones, botellonas van y botellonas vienen, detenciones policiales que parece que han sido muy numerosas, y cómo olvidarnos de la emigración. También son noticias que no pueden ni deben dejar de sorprendernos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 8 de noviembre de 2005