El impacto que la inmigración está teniendo en los últimos años sobre el repunte de la natalidad en Cataluña se refleja en la actividad diaria de los servicios de ginecología y obstetricia de los hospitales catalanes. En la maternidad del Clínico de Barcelona, donde se atienden unos 4.000 partos anuales, el 35% de ellos ya son de madres de origen extranjero, mayoritariamente de países latinoamericanos, de Marruecos y de China. Las barreras idiomáticas y culturales impiden a menudo prestar una atención adecuada a estas mujeres durante el embarazo. Muchas de ellas, especialmente las de origen marroquí, no acuden al médico hasta el momento del parto o cuando el embarazo ya está muy avanzado, según reconoció ayer Saloua el Amrani, la mediadora intercultural que desde la semana pasada actúa de intérprete "idiomática y cultural" entre los médicos y el personal sanitario del servicio de ginecología de la maternidad, y las mujeres marroquíes que acuden al centro hospitalario.
Junto a Saloua trabaja como mediadora en la maternidad Huang Yan, que tiende puentes entre los profesionales del hospital y las pacientes de origen chino, que, a pesar de que suelen acudir al médico al primer signo de embarazo, siguen a menudo costumbres no compatibles con la sanidad occidental.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 8 de noviembre de 2005