Mandos del Ejército estadounidense en Irak anunciaron ayer que 36 rebeldes han muerto durante la operación Cortina de Acero, lanzada desde el sábado pasado contra las bases de Al Qaeda en la zona de Qusayba, junto a la frontera con Siria. "Un total de 36 terroristas han muerto desde el comienzo de la ofensiva, y no hay ningún indicio sobre la muerte de civiles", señala el comunicado militar. Tres de los fallecidos eran extranjeros y se habían disfrazado de mujer para mezclarse con los civiles que acudían a una zona reservada para la acogida de desplazados. Los tres iban armados y se disponían a atacar a un control de soldados iraquíes, que repelieron la agresión. El cuerpo de otro combatiente muerto fue hallado ayer en una escuela, cargado de explosivos y listo para estallar al menor roce.
Mientras tanto, la rama iraquí de Al Qaeda, que encabeza el jordano Abu Musab al Zarqaui, amenazó ayer con "hacer temblar la tierra de Mesopotamia" si las fuerzas estadounidenses e iraquíes no ponen fin a la operación Cortina de Acero "en 24 horas". El grupo de Al Zarqaui amenaza también con atacar cualquier población que apoye al Gobierno iraquí o sus iniciativas. Irak celebrará elecciones generales el próximo mes de diciembre. La autenticidad del comunicado, difundido por Internet, no ha sido aún comprobada.
Por otro lado, cuatro soldados estadounidenses perdieron ayer la vida al producirse un ataque con coche bomba en el puesto de vigilancia en el que se encontraban al sur de Bagdad, según informó el Ejército de EE UU. Los soldados pertenecían al destacamento que se encarga de la seguridad en la capital.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 8 de noviembre de 2005