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"Lo ideal es que una película pague otra"

Producir cine en Europa no es fácil. Eso lo sabe bien Bettina Brokemper, productora de la película Flascher bekenner, que se proyectó ayer en Sevilla, y de otras dos obras que también han encontrado un hueco en el certamen cinematográfico hispalense con The Syrian bride y de Manderlay. En el caso de Flascher bekenner, dirigida por Christoph Hochhäusler, con una temática, centrada en las miserias cotidianas de las familias de los suburbios alemanes, el interés de los productores fue casi nulo. "De hecho fui yo misma la que finalmente puse el dinero de mi bolsillo", recordó ayer Brokemper.

"Bettina es el tipo de productor europeo que se arriesga. Se arriesga porque hace todo tipo de cine, asumiendo riesgos estéticos, como en Manderlay, dirigida por Lars Von Trier; y riegos temáticos, como en The Syrian bride, que aborda el tema de las fronteras centrándose en el conflicto sirio israelí de los altos del Golán" destacó Manuel Rosso.

La productora de las tres películas abogó por conseguir un cine menos dependiente de las ayudas estatales: "Está bien pedir más financiación, pero hay que demostrar que el poco dinero que se nos da es útil y sirve para rodar buenas películas. Aun así es mejor no quejarnos tanto y seguir trabajando".

Brokemper deseó que llegue el momento en que no sean necesarias las ayudas públicas, "lo ideal sería que una película fuese capaz de pagar la siguiente", dijo la productora. Según ella, este objetivo se ve favorecido con los bajos costes que permite el rodaje con nuevas tecnologías, como las películas filmadas en formato digital. Manuel Grosso, director del Sevilla Festival de Cine, alabó esta postura de la productora.

Por su parte, la productora alemana agradeció la idea de que los premios de Sevilla Festival de Cine estén destinados a la distribución de las películas galardonadas. "El principal problema de una película europea es su dificultad para que se vea en los otros países de Europa", reconoció Bettina Brokemper.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 9 de noviembre de 2005