Deseamos exponer un ejemplo del ambiente de violencia gratuita que estamos sufriendo los ciudadanos de a pie.
Somos un grupo de profesores del Instituto de Educación Secundaria La Paz, de Sevilla. El 27 de octubre fuimos testigos de la agresión sufrida por un compañero a la salida de nuestro centro de trabajo: a las 14.30 horas, dos individuos, desde una moto, le lanzaron un huevo a la cara causándole un gran hematoma en la zona ocular.
Este suceso demuestra la situación que se vive en la mayoría de los barrios de nuestra ciudad y en los centros de enseñanza de dichos barrios; jóvenes que, sin el más mínimo respeto, tienen "como juego y divertimento" agredir. Este comportamiento violento no sólo es habitual en la calle, sino también dentro de nuestros centros de enseñanza.
Tenemos derecho a ir por la ciudad sin poner en riesgo nuestra integridad física, y como profesores exigimos un mínimo de respeto y condiciones en las que poder ejercer nuestro oficio, que es enseñar.
Pedimos a las autoridades civiles, municipales y académicas que garanticen la seguridad a unos ciudadanos que pagan impuestos y a unos profesores que salimos del centro después de ejercer nuestro trabajo en un ambiente de clara hostilidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 10 de noviembre de 2005