Les Variacions Goldberg han caído en desgracia. Habiéndose estrenado el 19, la obra de George Tabori, dirigida por Josep María Mestres e interpretada por un elenco genial, no llegará al gran público: no hay publicidad, ni programados grupos entre semana, ni escolares, ni jubilados, ni amas de casa. Las sensibilidades de estos colectivos podrían verse heridas por esta farsa sobre la Biblia, donde la irreverencia es la protagonista. Pero como en Swift (Los viajes de Gulliver), lo grotesco está al servicio de una causa más sublime: la sátira. Una sátira doble, hacia el mundo del teatro y hacia el edificio de la tradición religiosa.
El silencio ha sido la mejor y única respuesta que los gestores culturales han sabido dar para no provocar al sector suprimiendo una programación ya aprobada por el anterior gestor de teatres (Juan Vicente Martínez Luciano). La supresión sólo habría dado publicidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 10 de noviembre de 2005