Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra

Centenares de personas despiden a las víctimas de la explosión de Tarragona

Centenares de personas acudieron ayer en Tarragona al funeral celebrado por Olga Acebes, de 37 años, y sus tres hijos (David, de cinco años; Raúl, de tres, y Sergio, de mes y medio), fallecidos en la explosión de gas que se produjo el pasado jueves en el número 72 de la Rambla Nova de esta localidad. Antes de comenzar la ceremonia, David Sanz, el padre de los niños fallecidos, depositó sobre los ataúdes cuatro objetos. El teléfono móvil de su esposa "para que me llames desde el cielo", un camión de juguete en el ataúd de David, unas canicas en el de Raúl y un chupete en el de Sergio. El padre fue protagonista del gesto con mayor carga emotiva, cuando abandonó el banco que se le había asignado para sentarse junto a los féretros.

David Sanz explicó que todavía puede oír cómo su mujer y sus hijos le preguntan si ha regresado de Barcelona en tren y le piden que vaya a jugar con ellos. Como consecuencia de la explosión, cuyas causas se siguen investigando, falleció otro hombre que ocupaba la vivienda donde se produjo, quien fue enterrado ayer en Vila-seca. Otras dos personas (ambas alemanas) que pasaban por la calle resultaron heridas, una de ellas de gravedad.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 13 de noviembre de 2005