Una veintena de personas participaron ayer en una excursión a las Lagunas de Rabassa para reivindicar la protección de esta zona húmeda y mostraron su oposición al Plan Rabassa, aprobado provisionalmente por el Ayuntamiento de Alicante con el único voto en contra de EU. Según los organizadores, el plan "amenaza" con convertir esta zona en un parque urbano rodeado de 15.000 viviendas y grandes viales de tráfico. EU exige su protección.
"Queremos reiterar que la única calificación posible para las Lagunas, en aplicación de la Ley Valenciana de Espacios Naturales, es la de suelo no urbanizable de especial protección", explicó Miquel Ángel Pavón, del área de Medio Ambiente de EU, y uno de los promotores de la marcha. A su juicio, el Plan Rabassa "pretende eliminar todas las Lagunas y convertirlas en suelo urbanizable con la calificación de parque urbano". Desde EU consideran que los espacios naturales han de protegerse como tales, y que los parques urbanos han de situarse donde corresponda, pero "nunca haciéndolos coincidir con espacios que han de protegerse por sus valores naturales".
Una protección que hace años la Generalitat debería de haber concretado mediante la inclusión de las Lagunas de Rabassa en el Catálogo de Zonas Húmedas de la Comunidad Valenciana, y que ha sido "reiteradamente solicitada por varios colectivos ecologistas hasta ahora sin éxito", según Pavón. No obstante, la propia Generalitat ha planteado en el Plan de Acción Territorial del Entorno Metropolitano de Alicante y Elche (Patemae) que las Lagunas y parte de su entorno sean calificados como suelo no urbanizable protegido, en clara "discordancia" con las determinaciones del Plan Rabassa. Además, EU considera que el Ministerio de Medio Ambiente, a través de la Confederación Hidrográfica del Júcar, debería promover la protección de esta zona húmeda.
La ordenación de los más de cuatro millones de metros del Plan Rabassa "debería definirse en el marco del nuevo PGOU de Alicante, que proteja esta zona húmeda y potencie sus valores naturales y paisajísticos, para desarrollar actividades de educación ambiental", explicó Pavón. "La insostenibilidad del Plan Rabassa tiene una de sus muestras más claras en la agresión ambiental que se produciría sobre las Lagunas y su entorno, una insostenibilidad que se extiende a otros ámbitos, como el social o el económico", añadió.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 14 de noviembre de 2005