El alcalde de Tarragona, Joan Miquel Nadal (CiU), confirmó ayer lo que los servicios de emergencias ya advirtieron el jueves pasado: el número 72 de la Rambla Nova, donde se produjo la explosión de gas que terminó con la vida de cinco personas, será derruido. Nadal aseguró que la decisión responde a criterios de seguridad y para evitar que se alarguen las molestias de los edificios y comercios colindantes.
De hecho, el domingo por la tarde quedó restablecido el tráfico en la Rambla Nova, una de las principales arterias de la ciudad, que desde la noche del jueves permanecía parcialmente cortada a causa de los escombros acumulados en la vía. Pese a que durante el fin de semana el Ayuntamiento ha tratado de buscar una solución para derruir parcialmente el edificio y conservar la planta baja, finalmente la decisión adoptada será el derribo de todo el inmueble.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 15 de noviembre de 2005