La filtración de agua es la causa que consideraban ayer los técnicos del Departamento de Cultura para explicar el derrumbe de 20 metros de la muralla romana, de aproximadamente 2.200 años de antigüedad. Alrededor de las 10.30 horas de ayer, parte del muro interno de la muralla se desplomó en una zona conocida como el Huerto del Arzobispo, lugar vetado al tráfico de peatones y visitantes, en el interior del recinto arzobispal, por lo que no hubo heridos.
Dos días de fuertes lluvias han evidenciado la fragilidad de la muralla, Patrimonio de la Humanidad desde 2000 y alzada en época republicana, hacia el año 217 antes de Cristo en su primera fase, y a través de los siglos ampliada, reformada y reconstruida. La muralla, de 12 metros de altura, está formada por un grueso muro exterior, un muro interior más delgado, una base menos sólida y un relleno entre ambos de arena, cerámica y piedra.
La concejal de Patrimonio, Maria Mercè Martorell (PP), explicó que este relleno no es de época romana, lo que indica que la muralla se ha reconstruido en ese tramo a lo largo de la historia, pero aseguró que sí son romanas las piedras del muro interno que se desplomó. "Haremos lo mismo que los tarraconenses ya han hecho otras veces: elaborar un relleno nuevo y reconstruir la muralla", aseguró Martorell. De momento, el paseo Arqueológico, la zona habilitada para las visitas turísticas, permanecerá cerrado al público hasta que los técnicos terminen los trabajos de consolidación, apuntalamiento e impermeabilización de las cercanías del lugar siniestrado, que comenzarán hoy mismo.
Los 20 metros de muro son propiedad del Arzobispado, pero los 20 metros de muro exterior son municipales. Este conflicto de competencias, que se repite a lo largo de los 1,5 kilómetros que miden las murallas, es la base para que el portavoz de la oposición municipal, Josep Fèlix Ballesteros (PSC), lamentara ayer: "nunca en democracia se ha constituido un consorcio ni se ha elaborado un plan director de la muralla".
Aunque desde 1994 el Ayuntamiento y la Generalitat han realizado trabajos de mantenimiento en diferentes tramos, son múltiples las voces de técnicos que exigen mayor atención al conjunto y un estudio del estado completo de la muralla. "Es un problema serio, que abordaremos de forma científica", señaló ayer el arqueólogo Joan Menchón, quien añadió: "es normal que una muralla de 2.200 años tenga filtraciones de agua" y recordó que las murallas de la ciudad han sufrido múltiples derrumbamientos a lo largo de la historia.
El Ayuntamiento de Tarragona se comprometió ayer a solicitar "ayudas por la vía de urgencia" al Ministerio de Cultura, explicó la concejal Martorell.
Los muros de Tarragona son el origen de la ciudad. Con ellos fortificaron los romanos su primer asentamiento militar, un lugar que en un primer momento debía estar defendido por una empalizada de madera. Hacia el año 150 antes de Cristo, la muralla creció hasta englobar toda la ciudad, hasta el puerto -no el actual, sino el romano-, y así quedaron fijados los límites urbanísticos de la Tarraco romana.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 16 de noviembre de 2005