Las dos cuestiones que protagonizaron los gritos y quejas de la manifestación contra la Ley Orgánica de Educación (LOE) del pasado sábado -el señalar un porcentaje fijo de contenidos comunes para toda España y el garantizar la libertad de elección de los centros- parecen quedar resueltas vistas las propuestas de pacto del Gobierno y de las organizaciones convocantes de aquella protesta. El Ejecutivo garantizará a las organizaciones educativas, como ya había ofrecido al PP cuatro días antes de la manifestación, que los contenidos comunes serán exactamente los mismos que ahora (el 65% en las comunidades con una lengua oficial y el 55% en las que tienen dos), sin dejar margen para posibles cambios. Además, establecerá el derecho de los padres a pedir plaza directamente en el centro educativo que deseen, existan o no comisiones de escolarización en esa localidad o comunidad autónoma. En algunas zonas de España ya se han creado y están destinadas especialmente a facilitar la información de las familias de inmigrantes sobre las posibilidades de escolarización que existen.
Una vez dado este paso, las cuestiones que quedan sobre la mesa para las negociaciones entre ambas partes el Gobierno son prácticamente las mismas que suscitaron las quejas de los socialistas y de las organizaciones educativas de izquierdas contra la Ley Orgánica de Calidad de la Educación (LOCE). Esta norma fue promovida por el PP en la pasada legislatura y aprobada sólo con los votos de los populares.
Estas reclamaciones son la distribución de los alumnos en itinerarios a partir de los 14 años (3º de ESO); la creación de una alternativa a la asignatura confesional de Religión denominada Hecho Religioso (o en su defecto, Educación para la Ciudadanía), y el establecimiento de una reválida al final del bachillerato en la que no intervengan las universidades; y la repetición de curso con "más de dos materias suspensas". Los socialistas criticaron duramente que la LOCE promoviera "la distribución de los alumnos en itinerarios a los 14 años con los que se les orientara de forma temprana hacia los bachilleratos, la FP o a dejar de estudiar tras la ESO".
El Gobierno ya ha anunciado que tampoco aceptará, como piden estas organizaciones, que la Religión sea "una asignatura en igualdad de condiciones que el resto". Sí ha aceptado el Ejecutivo que ésta sea evaluable en primaria y ESO pero no en 1º de bachillerato, tal y como ocurre ahora, ya que esto no tiene ningún efecto sobre el futuro del alumno. Simplemente, los estudiantes que estudian religión tienen una nota más, porque las alternativas actuales (como prácticas de informática) no son evaluables. Pero el Gobierno no aceptará que cuente para repetir curso. Al estar en vigor la parte de la LOCE referida a la obligación de repetir curso con más de dos suspensos y, al ser la religión evaluable, en la actualidad sí cuenta para repetir.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 18 de noviembre de 2005