Los vecinos de la casa que se hundió parcialmente el pasado sábado en el centro histórico de Lleida no las tienen todas consigo y están llenos de temor y desconfianza. Pese a que los técnicos municipales les han garantizado que sus casas no corren peligro, no se fían y se niegan a regresar a sus domicilios. Aseguran que o han aparecido grietas en sus pisos, o que las que ya tenían se han hecho más grandes tras el derrumbe del edificio vecino. El alcalde de la ciudad, el socialista Àngel Ros, sostiene que son lógicos el miedo de los vecinos y la psicosis desatada en el centro histórico de Lleida tras el hundimiento. El consistorio, por boca de su concejal de Seguridad Ciudadana, se afana en añadir que los técnicos municipales, que han revisado uno por uno todos los pisos afectados por la caída, garantizan la seguridad de los edificios a sus moradores. Ayer el Ayuntamiento de Lleida anunció que abría un expediente informativo para poder determinar con exactitud las causas que provocaron el derrumbe del inmueble de la calle de Cavallers. Asimismo, el consistorio apunta a la empresa inmobiliaria que construye en el solar vecino de la casa hundida como causante indirecta del siniestro, ya que no realizó las obras de refuerzo exigidas por los técnicos municipales. El alcalde de la ciudad precisó que el expediente municipal será trasladado al juez y añadió que, si éste aprecia indicios de irregularidades en el comportamiento de la inmobiliaria, el consistorio se personará en la causa para reclamar a la empresa responsabilidades por lo ocurrido.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 22 de noviembre de 2005