El Ministerio de Medio Ambiente ha insistido en que el daño a espacios naturales por las obras del nuevo trazado será "mínimo", incluso menor que en el proyecto original, pero las afecciones no podrán evitarse del todo. La memoria del nuevo proyecto cita el paso de la infraestructura por tres espacios protegidos de la Red Natura europea -el curso medio y bajo del Júcar; la Sierra de Corbera y el curso medio del río Albaida-; dos áreas importantes de aves (IBA) en la Sierra de Enguera y las de La Safor y norte de Alicante; comunidades de vegetación de la directiva europea de Hábitats en una decena de municipios; el paraje municipal de La Murta y La Casella en Alzira, y el humedal del Marjal y Estany de la Ribera Sur del Xúquer.
Entre las "medidas preventivas y correctoras" que propone el estudio se cita la intersección subterránea del cauce del Júcar; la construcción de túneles en la Sierra de Corbera y el paraje municipal de Alzira; la revegetación de las áreas Hábitat afectadas, así como las limitaciones temporales para proteger a la fauna en las sierras de Enguera, La Safor y norte de Alicante.
Además, en el caso del Marjal y Estany de la Ribera Sur del Xúquer -en las localidades de Cullera, Favara y Llaurí-, protegido por la Generalitat, las constructoras deberán "minimizar" el espacio de arrozal afectado, aproximar el trazado a caminos existentes y disponer de "balsas impermeables para la captación de vertidos de obra".
La memoria también prevé medidas compensatorias por los daños en espacios naturales, como reforestaciones, la colaboración con la Generalitat en la prevención de incendios y en la conservación y reintroducción de especies. Además, anuncia un programa de vigilancia ambiental durante la obra, y de control una vez esté en marcha el trasvase en relación con la vegetación, la fauna, el uso del agua transferida y de las pérdidas de la conducción.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 22 de noviembre de 2005