Se conmemora el 30º aniversario de la proclamación de don Juan Carlos como Rey de España. Es ampliamente reconocida en todo el mundo la contribución del Rey en la instauración de la democracia. Para acometer esta empresa fue necesaria la participación de políticos y juristas responsables y la implicación de toda la sociedad, procurando cerrar viejas heridas para acabar con las dos Españas de las que escribió Machado. El país ha avanzado mucho, no sin dificultades y esfuerzos, en estas tres décadas, y siempre ha podido contar con el apoyo del Rey, algunas veces como protagonista como en la noche del 23-F y, otras, de una manera discreta que sin trascender a la opinión pública su consejo, arbitraje o influencia han resultado clave para los intereses de España.
Siempre se ha dicho que la familia real es nuestra mejor embajadora. En estos días que se rinden homenajes a don Juan Carlos, es de justicia reconocer también la positiva contribución de la reina Sofía, destacándose por su apoyo a las personas menos favorecidas de la sociedad y su implicación en proyectos humanitarios internacionales.
En estos tiempos en que se discute tanto la estructura del Estado, es una buena oportunidad para recordar el consenso de los primeros años de la democracia que permitieron llegar donde estamos hoy y aprovechar la experiencia del Rey para superar las diferencias entre españoles y consolidar entre todos el futuro de nuestro país.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 22 de noviembre de 2005