A la modelo Kate Moss, que ha pasado por un centro de rehabilitación -tras la publicación hace dos meses de unas fotografías en las que esnifaba cocaína en un estudio de grabación, junto a su novio, Pete Doherty-, y parecía que que se le habían cerrado todas las puertas en el mundo de la moda, ahora le llueven contratos por doquier. Según el diario The Independent, el último gran empresario que ha salido en su defensa ha sido el británico sir Richard Branson, el propietario de Virgin, que parece estar negociando un acuerdo con la modelo para que sea el "nuevo rostro" de las ofertas para jóvenes de su empresa filial Virgin Mobile Telephone. Este acuerdo, todavía no firmado, se suma a los de Roberto Cavalli, Rimmel, Vogue Paris.
Longchamp, e incluso Burberry, una de las empresas que tras el escándalo prescindió de Kate Moss.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 24 de noviembre de 2005