Lo que se ha consentido durante muchos años no se puede cambiar de un día para otro. Mucho se ha hablado del problema, pero lo único que hace el Ayuntamiento es asustar y multar a la gente marginada y trasladar el problema a otras poblaciones. Lo que hay que hacer es una verdadera política social e integradora.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 24 de noviembre de 2005