Representantes de la Federación Escola Valenciana se concentraron ayer ante las puertas del Arzobispado de Valencia para pedir más "rigor" y menos "crispación política" ante la reforma educativa impulsada por el Gobierno. Los miembros de Escola Valenciana, encabezados por su presidente, Diego Gómez, no fueron recibidos por el arzobispo, Agustín García-Gascó.
Previamente, los miembros de la federación, junto a representantes de la Intersindical Valenciana, Comisiones Obreras y la Confederación de padres Gonzalo Anaya, entregaron en el Palau de la Generalitat un manifiesto dirigido al presidente Camps a favor de algunos aspectos, en el terreno de la distribución del alumnado inmigrante, la asignatura de religión y el desarrollo de materias propias de cada autonomía, que contempla la reforma educativa.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 24 de noviembre de 2005