Muy atractivo cartel para la fiesta organizada por una marca de tabaco que al final todos los asistentes odiaban, quizá por el empeño de los organizadores de combinar un bucle de vídeo de unos cinco minutos con las imágenes de los grupos en las pantallas de vídeo. Resultaba mareante, aunque al menos el concierto tubo buen precio.
Comenzaron los valencianos La Habitación Roja, quienes presentaban los temas de su último CD, Nuevos tiempos. Tremendos en escena, pese a no probar sonido, la banda del cantante Jorge Martí dejó claro por qué es una de las realidades más claras del rock patrio en clave indie. Dejaron el sabor de grandes composiciones propias como La Edad de Oro, Scandinavia o Por ti.
Sidonie, Budapest, Lori Meyers y La Habitación Roja
Sala La Riviera. Madrid, 24 de noviembre.
Peor suerte tuvieron los granadinos Lori Meyers, que venían muy ilusionados a presentar su segundo disco, Hostal Pimodan. Tuvieron un sonido francamente lamentable por esas cosas que pasan al menos en una ocasión a cualquier músico. Ya tendrán tiempo de corregir este concierto en otro que ya tienen programado para antes de Navidad en Madrid.
Tras ellos, la música del grupo británico Budapest se apoderó de unos espectadores a los que la hora de retraso sobre el horario previsto no hacía mucha gracia. Tanto es así que hubo que esperar a las dos y media de la madrugada para poder ver a Sidonie, las otras estrellas de la noche y que mostraron que le van cogiendo el truco al directo de su último disco, Fascinado. El batería Axel Pi, el guitarrista y cantante Marc Grau y el bajista Jesús Senra mantuvieron encendido al respetable con la ejecución de grandísimas canciones como Fiebre, Joe y, sobre todo, Bohême. De verdad, espléndidas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 26 de noviembre de 2005