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TARRAGONA | BATALLA ENTRE SOCIOS

La pugna por suceder a Joan Miquel Nadal

Tarragona
Unió y Convergència quieren tener designados a final del mes de enero los candidatos a alcaldes de las 170 poblaciones catalanas de más de 5.000 habitantes. De momento sólo han acordado unas 40 candidaturas, pero esta previsión puede saltar por los aires tras las disputas surgidas en dos capitales de provincia. En Tarragona, la única en manos de CiU, Unió reivindica para sí la alcaldía, después de que Joan Miquel Nadal haya anunciado su intención de abandonar el cargo en enero. En Girona, Unió todavía no ha conseguido reunirse con sus socios electorales para negociar la lista de 2007. Los democristianos, hartos de tantos requerimientos, han confeccionado su propia candidatura.

Unió Democràtica comenzó la partida y ahora el Partido Popular también quiere jugar. El relevo del alcalde de Tarragona, Joan Miquel Nadal (CiU), ha desatado una pugna por su cargo y el democristiano Albert Vallvé, número dos en 2003, se presenta como alternativa al convergente Joan Aregio, número tres en las pasadas elecciones. En este río revuelto, el PP -socio de CiU en el gobierno local- no quiere dejar escapar la oportunidad de ganar cuota de poder o de ganar protagonismo con vistas a las elecciones de 2007.

En la última campaña, Nadal avisó de que éste sería su último mandato. Alcalde desde 1987 de la única capital de provincia en manos de CiU, confesó el jueves que al día siguiente de las elecciones envió una carta a Jordi Pujol en la que le explicaba sus planes de dejar la alcaldía en manos de Joan Aregio sin agotar su mandato.

Pero ahora, tras un periodo marcado en buena medida por el escándalo urbanístico de Terres Cavades, a raíz del cual dimitió Ángel Fernández -concejal de Urbanismo, vinculado económicamente al proyecto y uno de los hombres de mayor confianza de Nadal-, las diferencias con Unió han estallado. Albert Vallvé, segundo teniente de alcalde, asegura que "el ninguneo es total". De hecho, las principales áreas de gobierno están copadas por CDC, y Unió debe recurrir siempre a ellos para pedir dinero y llevar a cabo políticas concretas en sus respectivas áreas.

La tensión acumulada con el caso Terres Cavades ya abrió una brecha entre CDC y UDC. Las cúpulas de ambos partidos comenzaron en la primavera de 2004 a diseñar el relevo de Nadal y lograron frenar las ansias del comité local de Unió de enfrentarse a CDC. Incluso Vallvé y Josep Fèlix Ballesteros, líder del PSC, admiten haber "bromeado" en alguna ocasión con presentar una moción de censura contra Nadal, que precisamente logró la alcaldía con este instrumento.

Nadie conoce los detalles del relevo de Nadal por Aregio -presidente de la Diputación-, ni tan sólo si finalmente se va a producir. Tanto Pujol como el propio Nadal han recordado esta semana que la decisión no está tomada y ambos han arremetido contra Unió acusando a Vallvé de promocionarse únicamente por interés personal, lo que ha avivado las diferencias en el seno de la federación. "Es imposible hablar con Nadal", dice el democristiano.

En CDC, sin embargo, aseguran que habrá "diálogo" para encontrar un candidato de consenso. Joaquim Nin, presidente de la federación de CDC de Tarragona, no da crédito a las amenazas de Unió de presentar una lista alternativa. "La sangre no llegará al río", dice, y asegura que el partido le reserva un buen puesto al alcalde de Tarragona. "No se irá a casa", advierte.

En el bando popular, el dilema es apoyar una hipotética investidura de Aregio o no. Fuentes del PP aseguran que no tienen ninguna obligación de "participar en la fabricación de un rival para 2007" y no descartan romper su actual pacto con CiU, que consideran vinculado directamente a la persona de Joan Miquel Nadal. "Cada día que pasa sin resolverse el relevo va en detrimento del pacto", señalan estas fuentes. El PP rompería su acuerdo si Aregio, ya alcalde, redujera su cuota de poder.

En cualquier caso, el relevo de Nadal ha desatado esta guerra interna. "Tan mala no debe de ser mi herencia si se la disputan tanto", ha dicho el alcalde. Y el jueves pasado afirmó en un tono enigmático: "Por ahora, todo va dentro de mis planes".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 28 de noviembre de 2005