Un terremoto de 5,9 grados en la escala de Richter acabó con la vida de al menos 10 personas en el sur de Irán, destruyó cuatro municipios y dejó cientos de heridos en los hospitales de la isla de Kishm, en la puerta de acceso al golfo Pérsico.
El primer temblor se produjo a las 13.53, hora local (10.53 en la España peninsular), y duró apenas 10 segundos. Su efecto se dejó sentir en el puerto iraní de Bandar Abbas. De este puerto, situado a 58 kilómetros del epicentro, sale la mayor parte del petróleo que exporta este país, y en los países vecinos de Omán y Emiratos Árabes Unidos. Por la zona afectada transita al año la quinta parte de la producción mundial de crudo.
"El terremoto fue realmente fuerte, la gente se echó a la calle muerta de miedo", comentó Sara Sadequi, ama de casa de 22 años en isla de Kishm.
La televisión estatal informó de que una aldea de la referida isla -la más grande del golfo Pérsico, con 1.500 kilómetros cuadrados- ha quedado prácticamente arrasada y otras tres más han sufrido grandes daños, por lo que no se descarta que la cifra de víctimas pueda ser mayor.
Irán está geográficamente ubicada en una zona de placas tectónicas, hecho que propicia que los movimientos telúricos sean habituales en el país. El último seísmo de gran intensidad ocurrió a finales de diciembre de 2003 en la ciudad meridional de Bam y en él perdieron la vida más de 30.000 personas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 28 de noviembre de 2005