Si en este país la dialéctica política no fuera tan de trazo grueso, el debate sobre la educación no estaría centrado sobre lo que, lamentablemente, parecen quererlo centrar algunos, religión y poco más. Los informes PISA ponen de manifiesto que la educación española compagina dos graves problemas: un elevado fracaso escolar, cifrado en el 33% de los chicos y el 18 % de las chicas, y la ausencia de nivel de excelencia. Ambos problemas debieran ser abordados para comenzar a superar los déficit de nuestra educación.
En mi modesta opinión, son dos de los más importantes retos que la educación futura de nuestro país deberá abordar, y sería imperdonable que, por olvido o descuido, no fueran tratados como se merecen en la LOE que finalmente aprueben las Cortes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 29 de noviembre de 2005