Hay días y días para ir a comprar piezas de un belén. Quizás ayer no era uno de esos en Sevilla. El frió, el viento y la lluvia no pusieron las cosas fáciles a los ciudadanos para acercarse a la plaza Virgen de los Reyes, junto a la catedral. Allí, el Ayuntamiento ha instalado la 12ª Feria del Belén, que permanecerá abierta hasta el 23 de diciembre.
Ana Pichardo es una veterana, ya que ha vivido la docena de ediciones de esta muestra de arte popular. En cada una de ellas ha montado su puesto, que lleva el mismo nombre que la tienda que posee en Sevilla, Belenes Pichardo. Un establecimiento que surte de misterios, reyes, pastores desde 1952. "En estos 12 años de feria sí se ha visto que cada vez vienen más visitantes de fuera de Sevilla", explica la vendedora. "Los precios pueden variar mucho. Desde los cinco euros que cuesta un pequeño accesorio a los 5.000 que alcanzan algunos nacimientos, que son verdaderas obras de arte", explica Pichardo.
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La mayoría de las piezas que esta mujer tiene en su establecimiento vienen de Murcia, "que es donde está casi toda la industria de este tipo de España".
La tradición española de los belenes procede, en realidad, de Italia, en concreto del sur. Lo sabe Emilio Donatto, estudiante genovés que pasa su año Erasmus en Sevilla: "Yo soy del norte y no hay tanta tradición. Además, en mi casa somos ateos y claro...". No obstante, se paseaba ayer curioso por la feria mirando las figuras. "Es fantástico cómo están hechas, la delicadeza que hay en las más pequeñas", dijo.
La plaza acoge 35 establecimientos. Uno de ellos pertenece a la ONG Cesal, de cooperación al desarrollo. María Bermejo atendía ayer a los visitantes. "Lo que vendemos son nacimientos hechos en madera de olivo palestino, realizados por artesanos cristianos de Belén que, por la falta de turismo, consiguen de esta manera parte de sus ingresos", explica. Y es que en Navidad, pues hay que ayudar.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 3 de diciembre de 2005