Romeo no quiso perderse ayer ninguna de las incontables propuestas interactivas que Cosmocaixa ofrece al visitante. La magia del museo cautivó a Romeo, de 10 años, así como a Luciana, de 13, y Cassinda, de 6. Los tres son angoleños y los tres perdieron una pierna cuando les estalló una mina mientras jugaban en la calle.
Gracias a la Fundación Pax, que ayuda a las víctimas de minas antipersona, los tres niños están siendo sometidos a tratamiento en el hospital de Sant Pau de Barcelona para que puedan volver a caminar. Llevan desde principios de octubre en Barcelona y la fundación hace todo lo posible para hacerles más llevadera su estancia en la ciudad, tan lejana de su país y de su familia. Carlos Pursals, gerente de la Fundación Pax, que ayer acompañó a los tres niños a Cosmocaixa, explica que Romeo y Luciana ya han sido sometidos a una intervención quirúrgica y ahora aguardan a que les sea colocada una prótesis en sustitución de la pierna amputada. Regresarán probablemente a fin de año a su país, cuando se prevé que hayan aprendido a caminar con la nueva pierna ortopédica. El tratamiento de la pequeña Cassinda será más complejo porque además de una pierna amputada, tiene secuelas también en la otra.
Un piso de acogida cedido por la Fundación Enriqueta Vilavechia permite que los niños no deban permanecer en el hospital mientras dura el tratamiento. Otros tres niños de Angola con amputaciones por minas antipersona pudieron volver a andar el año pasado gracias a la Fundación Pax.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 4 de diciembre de 2005